Frontón Beti-Jai de Madrid. Fotografías de las gradas tapiadas noviembre de 1989. Autora: Gabriela Torrente.
Mientras la gente tomaba la Puerta del Sol, se subía a los andamios para pegar carteles, acampaba y soñaba con un presente y un futuro más perfecto, el viejo Hotel París, sin el famoso letrero de Tío Pepe, aguardaba sus obras de rehabilitación.
El hotel más antiguo de Madrid, víctima de una operación especulativa de primer orden que se cerró en tablas, quedó, como tantos otros, varado fantasmagóricamente víctima de la codicia de un montón de sinvergüenzas.
Lo atípico fue, que el Ayuntamiento de Madrid (tan austero en gastos como lo social) preparó
un plan especial, es decir pagar del erario público la reforma de dicho edificio. Y desde hace un año los andamios rodean lo que fue el hotel París.
Mientras la gente montaba asambleas en la plaza tomada, nos llegó la noticia de que Madrid iba a contar con su primera
gran tienda Apple (tan cacareada noticia, de crucial importancia al parecer, casi un requisito imprescindible para poder ser una gran ciudad ¿?). Si, y ya adivinan Vds, donde va a estar ubicada la tienda de marras: en todo el edificio del antiguo Hotel París.
Les huele como a mí a políticas neoliberales, al metálico regusto de la corrupción, o es simplemente el penetrante tufillo a paletismo de nuevo rico por allende de esta ciudad mesetaria.
Mientras, la plataforma de vecinos
Salvamos el frontón Beti Jai, que consiguió tras una continua lucha cívica que se llegase a declarar por fin como Bien de Interés Cultural (con 30 años de retraso) dicha joya del patrimonio madrileño, va a empezar acciones legales para poder conseguir que el viejo edificio sea por fin restaurado y protegido de su más que probable desaparición, si estos tiempos injustos siguen así.
Pero, ¿por qué esta labor de salvaguarda la siguen haciendo un grupo de vecinos, sin medios, sin sueldo, ni dietas o coche oficial? Porque sus políticos electos, demasiado ocupados en otros menesteres más lucrativos, no les representan.
D.
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