Capturando La Tabacalera
La verdad es que me hubiera gustado comenzar la crónica de este experimento - que todavía ignoramos cuándo arranca y cuánto durará- con una imagen más hospitalaria, pero estos son los hechos. Podría decirse que un cierto clima de desconfianza apuró barreras preventivas - de qué, nadie lo sabe tampoco- en esta primera visita guiada a La Tabacalera de Lavapiés. De hecho, no habían terminado de llegar todos los asistentes para que se nos informara que éramos tantos que tendríamos que ingresar al edificio de cinco en cinco. Dado que llegamos a sumar cerca de cuarenta, este plan significaba un importante dilema para todos aquellos afortunados presentes que no se encontraran en el paro.
Así que las protestas no se hicieron esperar. ¿En qué se justificaban estas espontáneas medidas? No podía ser en nuestra seguridad, a menos que estén intentando deshacerse de los fotógrafos que se encuentran trabajando actualmente en el edificio y hacerlo parecer "un accidente". Es broma. Todos somos conscientes de que estamos ante una situación sin precedentes. Y como en estos casos nunca puede quedar la impresión de que una parte tiene más razón que la otra, acordamos ingresar en dos grupos. Perdón. ¿Partes dije? Si se supone que todos queremos lo mismo. Algo de eso habrá, pero a algunos no les queda tan claro. Suspicacias al margen, si en algo estamos todos de acuerdo -incluidos arquitectos- es en que el edificio y sus instalaciones están de puta madre.
Aquí un resumen de la visita, en imágenes.
Elisa Fuenzalida a la Captura de Tabacalera.
D.
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