2.22.2018

La gran mole gris



Debido al extraordinario crecimiento económico de las últimas décadas y a la gigantesca población del país se calcula que los turistas chinos cuando viajan al extranjero se gastan alrededor de 88 mil millones de euros. Aunque nos parezca sorprendente, la gran mayoría de los viajeros chinos (culturalmente alejados del "Sol y playa" y con unas vacaciones relativamente escasas) dejan de sus hogares durante su tiempo libre principalmente para comprar. La República Popular China no permirte gastar en las tiendas de lujo instaladas en su territorio más de mil euros por persona. Debido a esta demanda desde hace años se han construidos enormes y exitosos centros comerciales en ciudades como Hong Kong o Macao y en la cercanas islas de Taiwán, qué pillan mas a mano que Nueva York o Paris. En resumen, la única parte del viaje que les interesa es la de las tiendas de lujo de los aeropuerto, así que se las han construido para ellos.

Una mañana lluviosa apareció ante mí aquella enorme mole gris, de suelo resplandeciente y alfombra roja levantada en medio de un entorno rural. En aquel nolugar perdido del mundo las "más exclusivas" tiendas del planeta están abiertas y libres de impuestos: Tiffany & Co., PRADA, Louis Vuitton, Rolex o CHANEL, para anteder la demanda de una población que han pasado en menos de 25 años de campesinos a millonarios y que cruzan en barco los dos km que separan Kinmen (Taiwán) de China.

Hasta que no se tiene la suerte (o no) de visitar uno de estos lugares creados de la nada para atender esta demanda de artículos de lujo, no se entiende la magnitud de la globalización y del significado de la deslocalización producida en los países occidentales hacia Asia.
D.

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