Abriendo escenarios sin encasillar
Abriendo escenarios sin encasillar
Para entender un poco más eso que llaman ‘escena contemporánea’, partimos de algunos conceptos filosóficos y publicamos la opinión de tres artistas, un programador y un crítico que participaron de alguna forma en el XI Festival Escena Contemporánea (EC2011).
PERIÓDICO DIAGONAL / DANIEL CARRETERO
LUNES 28 DE MARZO DE 2011. NÚMERO 146
Considerarse contemporáneo es complicado. Como considerarse artista, o escritor, o periodista… o albañil. Son disciplinas demasiado subjetivas y susceptibles de intromisión por personas “ajenas” a la materia. Desde un punto de vista mediocremente objetivo, hemos moldeado la contemporaneidad como una sustancia a la que se adhieren diferentes conceptos:
LA DIAGONAL
El contemporáneo/a es quien percibe y aprehende una desconexión y un desfase frente al presente al que pertenece. No coincidir, ni adecuarse a las pretensiones de nuestra época, nos sitúa en un punto externo a nuestro tiempo, para alcanzar mayor perspectivade lo que sucede. Según Nietzsche, “nadie puede huir de su tiempo”, pero la contemporaneidad es visible si retrocedemos para observar la evolución, y si nos adelantamos para contemplar su involución. Nunca lograremos entenderla desde una posición en paralelo.
LA SOMBRA
Pero esta posición paralela es analizada por el poeta ruso Osip Mandelstam, quien consideraba que debemos tener la mirada fija en nuestra época, porque de esta manera podemos percibir las sombras (y las luces) de nuestro siglo. Por lo general, suele ser más fácil ver la luz que la sombra. El contemporáneo/a es aquel/lla que sabe apreciar el detalle en la sombra, y no la evidencia en la luz.
Otro escritor, Junichiro Tanizaki, en su Elogio de la sombra, establecía como verdadero entendedor/a, aquel/lla capaz de neutralizar la sombra (de la época) para ver su tiniebla. Y así, discernir la cegueradel presente.
El contemporáneo/a es quien percibe y aprehende una desconexión y un desfase frente al presente al que pertenece. No coincidir, ni adecuarse a las pretensiones de nuestra época, nos sitúa en un punto externo a nuestro tiempo, para alcanzar mayor perspectivade lo que sucede. Según Nietzsche, “nadie puede huir de su tiempo”, pero la contemporaneidad es visible si retrocedemos para observar la evolución, y si nos adelantamos para contemplar su involución. Nunca lograremos entenderla desde una posición en paralelo.
LA SOMBRA
Pero esta posición paralela es analizada por el poeta ruso Osip Mandelstam, quien consideraba que debemos tener la mirada fija en nuestra época, porque de esta manera podemos percibir las sombras (y las luces) de nuestro siglo. Por lo general, suele ser más fácil ver la luz que la sombra. El contemporáneo/a es aquel/lla que sabe apreciar el detalle en la sombra, y no la evidencia en la luz.
Otro escritor, Junichiro Tanizaki, en su Elogio de la sombra, establecía como verdadero entendedor/a, aquel/lla capaz de neutralizar la sombra (de la época) para ver su tiniebla. Y así, discernir la cegueradel presente.
LA GENERACIÓN
La contemporaneidad es un tiempo subdividido en otros tiempos, en cuyos puntos de fractura, a modo de inflexión, se hacen coincidir las distintas generaciones. Esto le permite al contemporáneo/a ver la oscuridad del presente y la proyección de la sombra sobre el pasado. Y de esta manera, preguntarse por su época, y llegar a entenderla.
Desde hace dos años intentamos que las personas implicadas en el Festival Escena Contemporánea formen parte de un propósito de análisis, de esto que nos ha dado por llamar “contemporáneo” en las artes escénicas. La primera vez, prueba de fuego, casi nos quemamos. Nos pusimos en contacto exclusivamente con las compañías que formaron parte de la X edición. Apenas tres respuestas llegaron a nuestras preguntas.
En esta ocasión, en la XI edición del Festival, hemos ampliado la cuestión a todo lo que rodea el evento. Hacemos balance y obtenemos variedad: un programador (David Rodríguez), un periodista (José Henríquez), dos compañías (Marco Canale y Ana Pasadena), y los conectores del festival (Círculo de Espectadores). Las respuestas que no aparecen en cada intervención no son una errata. Simplemente no fueron respondidas.
1. ¿Qué puntos fuertes y qué débiles ves en las prácticas escénicas actuales dentro de los circuitos alternativos del Estado español?
2. ¿Cuál es vuestra relación con otros grupos y artistas contemporáne@s?
3. En el XI Escena Contemporánea se han realizado debates sobre la ética del artista? ¿Cuál es vuestra ética (si tenéis)?
4. En este festival se concede el premio de dramaturgia innovadora. ¿Habéis pensado en el uso del concepto "innovación"? ¿Qué es para vosotr@s?
5. ¿Qué papel desempeñan desde vuestro punto de vista los gestores culturales?
6. Por estar dentro del mundo de la cultura, a) ¿Qué pensáis de la criticada Ley Sinde y del cambio de modelo de producción cultural que está suponiendo internet? b) ¿Qué pensáis de las licencias copyleft como las Creative Commons?
La contemporaneidad es un tiempo subdividido en otros tiempos, en cuyos puntos de fractura, a modo de inflexión, se hacen coincidir las distintas generaciones. Esto le permite al contemporáneo/a ver la oscuridad del presente y la proyección de la sombra sobre el pasado. Y de esta manera, preguntarse por su época, y llegar a entenderla.
Desde hace dos años intentamos que las personas implicadas en el Festival Escena Contemporánea formen parte de un propósito de análisis, de esto que nos ha dado por llamar “contemporáneo” en las artes escénicas. La primera vez, prueba de fuego, casi nos quemamos. Nos pusimos en contacto exclusivamente con las compañías que formaron parte de la X edición. Apenas tres respuestas llegaron a nuestras preguntas.
En esta ocasión, en la XI edición del Festival, hemos ampliado la cuestión a todo lo que rodea el evento. Hacemos balance y obtenemos variedad: un programador (David Rodríguez), un periodista (José Henríquez), dos compañías (Marco Canale y Ana Pasadena), y los conectores del festival (Círculo de Espectadores). Las respuestas que no aparecen en cada intervención no son una errata. Simplemente no fueron respondidas.
1. ¿Qué puntos fuertes y qué débiles ves en las prácticas escénicas actuales dentro de los circuitos alternativos del Estado español?
2. ¿Cuál es vuestra relación con otros grupos y artistas contemporáne@s?
3. En el XI Escena Contemporánea se han realizado debates sobre la ética del artista? ¿Cuál es vuestra ética (si tenéis)?
4. En este festival se concede el premio de dramaturgia innovadora. ¿Habéis pensado en el uso del concepto "innovación"? ¿Qué es para vosotr@s?
5. ¿Qué papel desempeñan desde vuestro punto de vista los gestores culturales?
6. Por estar dentro del mundo de la cultura, a) ¿Qué pensáis de la criticada Ley Sinde y del cambio de modelo de producción cultural que está suponiendo internet? b) ¿Qué pensáis de las licencias copyleft como las Creative Commons?
"EL PROBLEMA NO SON LOS RECURSOS SINO COMO Y POR QUIÉN SE PONEN EN MARCHA"
David Rodríguez
(Madrid, 1972) Responsable de prensa del Teatro Pradillo y coordinador de ‘Las Cigarreras’ (EC2011) , Fiambrera Obrera, Tabacalera Lavapiés, dirigió con un grupo estupendos de invitados: "Cigarrreras, métodos y tiempos".
1. Más débiles que fuertes, las políticos para su fomento fallan como una escopeta de feria, pues el problema no son los recursos sino como y por quién se ponen en marcha. Los proyectos fallan, porque no tenemos una cultura de la producción cultural real en España. Lo que hay es una visión de festival, donde hacer un listado de artistas, unas categorías, de rellenar unos huecos imaginarios de la "cosa".
2. Pensamos más en la producción. Un gran número de obras se estrenan en Pradillo en donde muchos, desde hace mucho, han arrancado. Intentamos dar "cancha".
3. Personalmente, renuncio al término artista. Se trata más de crear un clima, un entorno para que todo el mundo participe.
5. Me remito a la respuesta nº3.
6a. La sociedad y sobre todo la cultura no lleva bien el cambio de ciclo, y sobre todo generacional, que representa la era digital. Como se dice “están a por uvas”, las empresas buscan hacer pasta y en la red no les salen las cuentas. Para mi, el problema más grave es que la cultura oficial promueve una precariedad laboral brutal, por no decir pobreza, y persigue la cultura libre y participativa. Vamos, que no se aclaran.
6b. En el mundo escénico no existen y ya va siendo hora. El teatro subvencionado debería ser público y libre. No lo vamos a pagar dos veces, ¿no?
Etiquetas: En Madrid, este tío soy yo, tea-tron, teatrillo
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