Esta noche, un descerebrado maravilloso ha organizado un encuentro musical de música contemporánea que sólo se puede considerar como histórico. Apenas se ha anunciado, quizá por razones técnicas, pues sólo con la ingente cantidad de intérpretes participante, van a tener problemas de espacio en el local y sobre todo de tiempo, ¿qué va a acabar a las 5 de la mañana? Yo me pasaré de camino hacia El Juglar de Lavapiés con el gran Martí que anda por Madrid con ganas de turbulencias sonoras.
Mientras, se recorre el camino inverso y en Barcelona, nuestras chicas llevan ya un día a lomos de una combinación de sexo salvaje, diversión pura, colegueo fino y conocimiento crítico de la mano de La zorra suprema: Stonewall contrataca.
Qué más se puede pedir, salvo un poco más de poder y de recursos para los proyectos autogestionados. D.
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