Ah, ¡qué prefiere levantarse y marcharse! Si, creo que le conviene, la chica que nos ocupa esta velada, como poco, le va a manchar.

Diana Junyent es una chica de Madrid que lleva a cabo unas performances poéticas llamadas Pornoterrorismo. Su material, tan sucio y como exquisito, viaja placidamente por la oscura cutrez de la red de redes, principalmente en su blog personal o en youtube. Aunque Vd. no lo sepa la pornoterrorista se ha hinchado a subirse a las tablas, plena de energía y aplomo. Su material ha llenado numerosísimos de los garitos más inverosímiles y efímeros que nocturnean nuestras ciudades, así como las casas liberadas del vacío de años de especulación y desidia o el 101% de los encuentros más o menos formales de las miembras de ese movimiento que se ha llamado queer o postporno. La hemos visto actuar en las “altas” esferas del arte, o pasearse en cueros en la “vulgar” industria del porno. ¿Pero porqué nunca la hemos visto en un escenario teatral? Tal vez por que Diana, le está hablando a Vd. de unas cosas que ni se le habían pasado por la cabeza, quizá porqué sólo con verla ya le saque de sus casillas, le irrite, le desagrade.

Mire, precisamente de eso se trata, y quizá se deba a que hay, como cualquiera sabe, un teatro al margen de su teatro. Ocurre que Diana Junyent salta al escenario dispuesta todo y no me refiero a enseñar una liga picantonamente, sino a meterse un dildo (lo que por cierto habitualmente realiza en sus actuaciones). Y ese acto que algunos dirán que no es teatro, es de lo que se trata. Diana es una activista de si misma y de su causa, que es la de muchas mujeres que una vez liberadas se han dado cuenta de que tienen un cohete a reacción entre sus piernas y, que le van a contar con qué y cómo les gusta ponerse cachondas. Se lo han ganado ¿no cree Vd.?

Esto es básicamente lo que ocurrirá cuando “esta noche”, Diana Pornoterrorista se suba al escenario.
D.