Amarduele
Cruzo las montañas entre rocas, copas de árboles y veredas húmedas, y llego al llano brumoso mecido por un tren que despacito me está devolviendo a mi mundo. Ojeo perezoso en mi ordenador viejas películas... "Vivir su vida", me dice: "Hay que prestarse a los demás, y darse a uno mismo". Mis ojos se cierran. Me duele amar. Me duele estar. Abrir puertas, cruzar umbrales. Me duele enamorarme en milésimas de segundo. Batir todos los records mundiales de ojos, cuellos, dedos, de noches en vela. Luego, ella. Ella apoyada en la barandilla de una escalera que es como una cicatriz en la que cae atrapado un joven ebrio. Y el pobrecillo, no sabe salir, no pide ayuda, no se queja, no sabe que hacer, como si vivir atrapado, confundido y sin salida fuera nuestro sino. Ella, mientras contemplamos esos movimientos como dos científicos un ratón de laboratorio, me dice que esa cicatriz duele, y duele más saber que era noche oscura y aún no es del todo de día. Eso me turba y me duele el estómago. Ya sé que su piel, sus heridas, son su dolor también. Me mareo, soy ese borracho que no puede salir de esa escalera de caracol que le lleva siempre de vuelta. Amar duele. Duele, duelo. Mi duelo.
D.
Etiquetas: amor, amor verdadero, amores imposibles, Galizia sitio distinto, mi vida es asín
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