Viajar
Ya no se viaja: se roe, hasta pulirlo, un hueso casi sin carne. Hay que llegarle al tuétano con los dientes, morderlo, y entonces aparece el sabor, el alma de aquel sitio al que has ido sin saber muy bien por qué.
D.
Etiquetas: De regreso a casa, I hate formosa, mundo facundo, verdades como puños
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