Ropa interior
Llevo unas bragas en el bolsillo, de color rojo músculo, rosa falo, púrpura si pierdo en ellas las pupilas durante mucho tiempo.
Las llevé dentro de mi, replegadas entre tendones, alrededor de mis huesos. Las notaba al flexionar la sangre, al estirar la piel perdida entre pliegues.
Ahora huele a años, a húmedos movimientos, a aquella vez que articulé mi primera palabra, a aquel día que ligué mis miembros a los tuyos, a esa promesa cartilaginosa que estoy a punto de cumplir: ”abre la boca”.
Mi chica tiene un blog.
D.
Etiquetas: alucina vecina, amor verdadero, animales que se comen la cabeza de sus amantes, sexo
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