Pelota, si. Pelotazo, no
Breve historia de un pelotazo fustrado por la sociedad civil:
1) La empresa propietaria lo compra por un precio irrisorio (290 millones de pesetas). No podía demolerlo (protección), hacía falta darle otro uso. La trama de corrupción marbellí (Antonio Roca) lo pone como uno de sus objetivos en Madrid y promete mediación para poder llegar a construir un hotel de lujo en su interior. La encargada de dicha operación en la capital será Monserrat Corrulla, para ello contacta: con el arquitecto Moneo, para el proyecto arquitectónico, y con el propio Gallardón (según las escuchas policiales del sumario Malaya) para la recalificación. Sólo el segundo cumple su parte.
2) Así, en plena época de auge del pelotazo y casi de noche, técnicos del ayuntamiento intentan recalificar el Beti Jai (desprotegerlo para permitir la construcción del futuro hotel). Pero, el expediente tiene que pasar por comisión independiente de patrimonio que detiene la operación in extremis.
3) El candidato del PSOE, Sebastián, sugiere la prevaricación y una relación sentimental entre Corulla y el alcalde. Días después, pierde las elecciones municipales.
4) Ante la negativa a la desprotección de inmueble, la propiedad abre literalmente la puerta del Beti Jai para forzar su deterioro (o destrucción): pseudokupas, conatos de incendio, suciedad, molestias,... se empiezan a producir en su interior.
5) Un grupo de vecinos aprovecha y también entra en el edificio en ruina. Lo ve, lo cataloga y empieza a hacer público su existencia escamoteada durante años al conjunto de la sociedad.
6) La propiedad cierra a cal y canto el edificio para evitar nuevas incursiones que certifiquen su estado de abandono, mientras los visitantes/redescubridores sensibilizados se autorganizan, montan redes, comparten y dar a conocer la historia, los valores y la realidad de este edificio patrimonial único, así como pedir su salvaguarda y uso.
7) Se dan las primeras acciones, reuniones vecinales, se monta un blog, etc. El Beti Jai empieza a aparecer en los medios de comunicación, empieza a dejar de ser invisible.
8) La Comunidad de Madrid ante este hecho "redescubre" el Beti Jai y propone la urgencia de incoar el expediente de protección del edificio de la calle Marqués de Riscal. Eso sí, tras tenerlo 20 años "esperando" archivado.
9) El Ayuntamiento de Madrid que en un primer momento intentó su recalificación, ahora declara la necesidad de proteger el Beti Jai. Empieza a solicitar las obligaciones legales para la salvaguarda del frontón.
10) La propiedad se rebela, ante la inminente legalización de la protección total del Bei Jai, pues ve peligrar su negocio. Pide o exige su "compra" por parte de la administración. Precio: 10 millones de euros.
11) En ningún caso, tras sus buenas intenciones: ni el gobierno de la Comunidad de Madrid (PP), ni el del Ayuntamiento (PP) anuncian o preven la expropiación del inmueble.
12) Hoy se declara, al fin tras dos decenios de desidia, corrupción y prevaricación, como Bien de Interés Cultural el viejo frontón Beti Jai de Madrid, lo que limita legalmente la más que posible destrucción del edificio. Sin embargo, y por desgracia, este hecho no garantiza su recuperación presente, ni futura.
13) La partida entra en tablas. Nadie puede ya mover ficha. El edificio sigue en manos privadas, cerrado y en estado de ruina.
...
Este es el país donde viven, la próxima vez que grite por la calle: "soy español, español..." recuerde de qué tiene que sentirse orgulloso de verdad.
D.
Etiquetas: De cómo este país se convirtió en un infierno, Fronton Beti-Jai, prevaricación
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