Se desangró
Rubén me lo descubrió, y Rubén me anunció el final de unos de mis blogs de cabecera: mi putaperrera.
Fiel reguero de destellos emocionales e inspirados de la dramaturga Angélica Lidell, personaje y ser humano tan magnífico como grandilocuente.
Goteo de exabruptos y diatribas (contra todo díos) en formato de blog, perfectamente a la altura del resto de sus propuestas artísticas, y como ellas, tan insostenibles física, y emocionalmente.
Terminó, pues, quebrándose como la rodilla de Rafa Nadal. No se podía seguir eternamente jugando a ese ritmo de sufrimiento.
¿O quizá sí?
D.
Etiquetas: animales que se comen la cabeza de sus amantes, teatrillo
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