3.12.2009

Mentiras reales

De ahí que la juventud desconozca que no fue el rey, sino las enormes movilizaciones populares, y muy en especial de la clase trabajadora, las que forzaron los cambios democráticos en España.

Es conocido fuera, pero no dentro de España, que las movilizaciones obreras fueron determinantes en el establecimiento de la democracia. En 1976, año decisivo de la transición, hubo 1.438 días de huelga por cada 1.000 trabajadores (el promedio de la Comunidad Europea eran 390 días). Y un tanto igual ocurrió en los sucesivos años. Tales movilizaciones pusieron a la defensiva a la nomenclatura franquista liderada por el rey, el cual se apercibió de que no podía mantenerse en el trono sin realizar cambios en el sistema político. Las primeras propuestas de democratizar aquella dictadura, sin embargo, fueron escasamente democráticas. Detrás de cada uno de los cambios de aquellas propuestas hubo enormes movilizaciones populares. No es, pues, cierto el mensaje dominante que han transmitido los medios de información y persuasión de que el monarca era un demócrata que fue desarrollando su proyecto democrático. Mantenerse en el trono exigía su adaptación a las presiones populares que, junto con presiones internacionales, fueron los motores del cambio.

La negación de este hecho ha debilitado enormemente la cultura democrática del país, reproduciendo esta visión mesiánica de cómo se realizó aquel cambio histórico...

Viçen Navarro. En Público.
D.

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