3.01.2009

El dibujo


Yo también dibujo sobre fotos. Mi trazo calca y reescribe la imagen original. Así me apodero, a mi manera, de ella.
El problema es cuando el dibujo surge sobre la nada, para representar la narración, para inventar lo visible. Como se hacía antes de la invención de la fotografía, como hace Vals con Bashir.

Este film juega con una idea muy común en el cine actual, el falso documental, pero desde dos puntos de vista: formal y argumental. El segundo, nos narra las peripecia de unos hombres en busca de la solución al enigma de su recuerdo borrado, en el que se alternan testimonios reales. El otro trabajo es la reconstrucción pormenorizada de lo vivido en el pasado, mostrándolo como verídico, como narración, aunque ficticia pero válida, de la tragedia y la ignominia de la guerra. Se traza el documento histórico y se homogeiniza con el fingido, para que el boceto casí todo inventado parezca verosímil. De esta guisa, el recuerdo es perfecto, narrable.

Pero la re-invención gracias al dibujo, aporta el poder de rozar lo fantástico, lo onírico, y lo irreal. Entonces, esta obra maestra del cine deviene, en irrepetibles momentos, pura poesía.
En verdad, pura belleza.
D.

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