2.06.2009

Aire del mar

Llovía, y el aire cortaba, seco y frío.
Las nubes brillantes y puras, se tornasolaban azul marino casi negro.
La ciudad estaba sumida en la penumbra y las luces de los adormecidos comercios del Borne clareaban las sonrojadas mejillas de las sombras en movimiento.

Barcelona, una tarde de invierno, fue una bella e inusual capital nórdica.
D.

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