1.16.2009

La cura

Masaje, Chernobil, Mad Men, matanzas, Sidi Ifni, etc. Una tarde en Lavapiés y no paras de irte encontrando con unos y con otros, como en el Juego de la Oca.

De caña a caña, estuve con Sampedro tomándola en la casilla del Bar Automático. Yo le di el pie de la generación de oro de la series americanas, y de como se da el caso que las mejores de ellas han sabido dibujar imperecederos personajes, cargados de altísimos conflictos morales con los que sentirse identificado.

Por ejemplo, Dexter o House, frente a Los Soprano o Generation kill (verdadero cine en gran formato), son series-series, buenos guiones de intriga, pero donde se huele la pintura de los decorados. Y aunque, alambicadas en el sentido televisivo, lo que hay dentro de ellas, el "regalo del guionista", plantea por el contrario, modelos de virtud y comportamiento que superan el formato, por no decir que son universales y muy postmodernos. Los traumas de nuestra sociedad contemporánea son así mostrados como una ducha de contraste, como leer a Ciorán cuando estás depre.

¿Qué pretenden los guionistas y los productores de estas series? S. concluyó mi razonamiento con la idea de que tras el 11-S, los americanos comprendieron que ya no le gustan al mundo. Y lo peor de todo, es que parecen haber despertado, como los protagonistas de El Valle de Elah, del sueño americano, para descubrir que su legado es la más brutal de las pesadillas.

Quizá ahora, pretenden reeducarse con buen material de entretenimiento.
D.

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