Los bancos y el humo

Los bancos se reunieron con el gobierno.

- Necesitamos asegurar nuestra posición, nuestro negocio. Somos la base de la economía. Estamos detrás de todo, también de vuestras cuentas, ¿lo sabéis?
- Vale, ¿qué es lo que pedís? - dijeron los políticos, mientras daban al unísono una calada profunda a sus cigarrillos americanos.
- Un impuesto. Privado. Es decir, no queremos sustituir al estado en esa labor, queremos hacerlo a la vez, con nuestra propios recursos. Lo necesitamos, eso garantizará nuestra bonanza, y asegurará la de todos.
- ¿Cómo lo haréis? Por lo que sabemos, la gente está sin dinero, el estado está sin dinero, los ayuntamientos están sin dinero, las empresas están sin dinero... Los bancos...

La luz que entraba entra las persianas dibujaba formas serpenteantes con el humo flotaba en la habitación. Los banqueros no fumaban (¿ni un puro?, no puede ser) entonces se tomaron de las manos, y dijeron con una misma voz:

- Bajad el precio del dinero, subid los tipos de interés y permitid recalificar todo el suelo disponible...

Una secretaria abandonaba la habitación, en busca de unos vasos para brindar. En la radio se anunciaba que Barcelona sería la sede de unos Juegos Olímpicos de verano.
D.