Mucha miga
Se perpretó La Noche en Blanco 2008 y se produjo Bocatarsis: El goce hace el cariño. Bocatada multicultural. Sin duda, por ajena al espíritu de ese macroevento, una de las propuestas más nobles del invento gallardoniano, que a cada edición es menos chicha y menos limoná.
El Invernadero de Lavapiés, balbuceante activismo ciudadano, le echó compromiso, horas de curro y sobre todo cariño (mucho) a su objetivo de que nos juntasemos todos a hablar, a conocernos y sobre todo a opinar en libertad.
Esquinados en calle Escuadra, en las profundidades del Lavapiés más laberíntico, la idea demostró (sobre todo gracias al espontáneo entusiasmo mostrado por los asistentes) las ganas que tenemos todos de hablar. Las ganas de conversar entre los unos y los otros, los amigos o los desconocidos. Ganas de decir al mundo lo que pensamos.
Ganas fustradas por que los canales de comunicación no funcionan, ya no valen o no "nos sirven", al acapararlos las empresas de comunicación, los gobiernos, los partidos políticos y religiosos, y su escoria mental habilmente disparada para liarnos.
Ganas, ya digo, no faltan, ganas de pasarlo bien, gratis (si, gratis, ¡qué subersivo!) y ganas de soltar lo que llevamos dentro. De decir, que no somos nosotros sino otros los que tienen la sartén y el mango.
D.
El Invernadero de Lavapiés, balbuceante activismo ciudadano, le echó compromiso, horas de curro y sobre todo cariño (mucho) a su objetivo de que nos juntasemos todos a hablar, a conocernos y sobre todo a opinar en libertad.
Esquinados en calle Escuadra, en las profundidades del Lavapiés más laberíntico, la idea demostró (sobre todo gracias al espontáneo entusiasmo mostrado por los asistentes) las ganas que tenemos todos de hablar. Las ganas de conversar entre los unos y los otros, los amigos o los desconocidos. Ganas de decir al mundo lo que pensamos.
Ganas fustradas por que los canales de comunicación no funcionan, ya no valen o no "nos sirven", al acapararlos las empresas de comunicación, los gobiernos, los partidos políticos y religiosos, y su escoria mental habilmente disparada para liarnos.
Ganas, ya digo, no faltan, ganas de pasarlo bien, gratis (si, gratis, ¡qué subersivo!) y ganas de soltar lo que llevamos dentro. De decir, que no somos nosotros sino otros los que tienen la sartén y el mango.
D.
Etiquetas: el invernadero, fotillos, lavapies
2 comentarios:
En la calle Escuadra hubo algo mágico y era sorprendente, sí, las ganas de conocerse entre todos los que aparecieron por allí. Devuelve optimismo.
Fuera, las masas de la noche en blanco te engullían y corrimos a casa.
Floja, floja la noche pesadillas.
D.
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