Un poco de alegría

Una alegría para un lunes por la mañana: el abogado David Bravo gastando saliva frente a unas personas que no le dejan hablar y que, curiosamente, ya no han vuelto a aparecer por debates similares.
Se ve clarito como están las cosas, esa gente -"nuestros mayores"- dale que dale para perpetuarse en el poder, lo hagan por vía de la sgae o la monarquía.
Me temo que esas ciudadanos con tan buenas intenciones son los que se están repartiendo todo el pastel. ¿Nuestro pastel?
D.
* El talante de este joven abogado me recuerda al fiscal de Z, un hombre sencillo empeñado en aplicar las leyes del (en apariencia) estado de derecho, hasta las últimas consecuencias e incluso por encima de unos generales en el poder que se las saltaban con total impunidad.