3.20.2008

Vigilia

Uno de los problemas de ser vegetariano es tomarse un tentempié rápido en un bar. Ocurre que en esta ciudad que empieza por M, la inmensa variedad de tapas y raciones se hace con carne o embutidos, es más práctico y es lo que hay.
La cosa es que hoy en la barra, con mi cara de despistado, he confesado que no como carne y que por consiguiente no sabía muy bien que pedir.
Al final me he clavado un montado de queso manchego, y a la hora de pagar la señora me ha regalado una torrija. ¿?

-¿Carne? Yo tampoco la pruebo, como estamos en vigilia-, y una mirada feliz en su anciano rostro acompañaba al regalo cómplice.

¡Cielos! Entre vegetariano y cristiano hay muy pocas sílabas de distancia.
D.

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