Que tú lo que quieres que me coma el tigre
Sufrir por culpa de los otros es inevitable. Tanto como el daño que nosotros mismos inflingimos a los demás.
Pero somos tan egoístas que no parecemos darnos cuenta jamás de ninguna de las dos verdades anteriores. Es como si no fueran capaces de ser analizadas por nuestra conciencia, la cual casi siempre anda demasiada preocupada en hacernos llorar, maldecir y ser autocomplacientes.
No aceptar que en la vida se sufre, es tan peligroso como no entender que la vida feliz es un trabajo personal duro y larguísimo de completar. Y, ¿por dónde empezar? Quizá pensando más en los demás que en aquello que orbita alrededor de nuestro ombligo. O en saber disfrutar de la vida como viene y no juzgar demasiado a nuestros semejantes. O en ponerse a andar y andar, y descubrir como la tierra es en realidad. O...
La vida es una fiesta un poco cutre y no siempre con la mejor música, pero en la que sólo tienes una invitación. Ten cuidado y no te quedes fuera de ella.
Aunque, mejor aún, haz como Lola Flores y se capaz de montarte la tuya propia con tu familia y colegas en cualquier momento y lugar. Mismamente una mañana en el aeropuerto de Barajas de Madrid.
"Qué tú lo que quieres que te coma...":
Lección 1ª de El Faraonismo o budismo con Lola Flores.
Gracias por su atención.
D.
Etiquetas: abuelismo, adiós con el corazón, chorradas como pianos, De regreso a casa, Faraonismo, verdades como puños
1 comentarios:
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Tu carne morenaaa
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