Pajas patrocinadas por el deseo del prójimo
No codiciarás la mujer de tu prójimo, advierten las sagradas escrituras; no dicen nada del hombre, así que nosotras (y los gays y trans) nos libramos de un infierno en el que este otoño no cabría ya ni un alfiler:
Mua. Hasta luego amor,
dice ella antes de volver a la cama, bajarse las bragas y pensar que es su jefe el que le mete la mano en el coño y se lo agarra con fuerza, introduciéndole los dedos, restregándoselo contra su rabo, mientras le tapa la boca y le ordena que no gima, que ni se le ocurra hacer ruido pero, sabiendo que no puede verla, le desobedece y se retuerce de placer.
Etiquetas: girls who like porno, mar centenera
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