12.18.2009

En la clandestinidad



Es curioso que los tres mejores espectáculos del año, Pornoterrorismo (Diana Junyent), Años 90 (La Tristura) y Plot (Claudia Faci), coincidan, a parte de en su poca difusión, en dos cosas:

Primero, se igualan en el sabor anejo. Todas las piezas recuerdan a los montajes de hace una década: en estilo, referencias, revisionismo o simplemente pose. Es pues, el momento de la impostura generacional. Mateo, Diana y la Tristura, están en la edad de hacerse dueños de su generación. Los otros ya lo fueron entonces, ahora les toca a ellos.

El segundo punto, y más importante, es el valor de la imperfección (magnífica en el antológico inicio de la Mateo Feijoó). Ninguna de estas piezas da el nivel que se espera, ninguna salvo Años 90, rodada sin parar por un buen número de salas, frente a las otras dos que no han hecho más que una única función. Los fallos están a la vista, no se esconden, no son más que el producto de la improvisación. Sí están ahí, olvidémosnos ya de ellos, pues no pensar en los detalles garantiza tener las fuerzas intactas para otras cosas. Las manos más libres, los cojones en su sitio.

Al final de este año 2009, tenemos tres piezas sobresalientes que en el fondo no sólo claman por hacerse un hueco, sino por tomar visibilidad revindicando el género que otros crearon y que ellos aman, adoran, siguen desde sus inicios, y el que ellos, ahora, tienen en sus manos.

Quizá, sólo la pieza de Claudia Faci va un poco más allá. Plot, propone a cuatro directores trabajar en apenas un día para crear una única pieza para una sólo función, en la que ella, es la intérprete despojada (a priori y voluntad) de sus atributos. Los directores llegan tocados, fríos, sin una mínima capacidad de ensayos, sin una producción decente, bajo presión, ... ésto va a salir mal seguro... deben pensar todos al entrar por la puerta del teatro.

Claudia ha creado una gran idea, que me recuerda muchísimo a Sonia Gómez y sus Experiencias, que es la evolución (y quizá salvación) del teatro contemporáneo actual. Ya se acabó el tiempo del ombliguismo, del trabajo sobre la propia realidad del performer, ahora es momento, además, de gozar creando, de aprovechar la oportunidad maravillosa de hablar sobre el porqué de poner algo en escena. De porqué se hace eso tan chungo, que se llama teatro contemporáneo.

Pero al contrario que otros que ya habían recorrido antes ese camino, como Bernat o Faustino, lo que tenemos ante nosotros en Plot, es una propuesta sin madurar, a pelo. Turbulencia creativa provocadora de imágenes como tiros en la nuca que no tienen vuelta atras. Si no querías matarla, haberlo pensado antes de disparar. Crudeza, que en el fondo representa la oportunidad de tener la mayor libertad creativa a tu alcance: sólo un bolo, una noche, nada más,... y a tomar por culo...

... luego de llenar el aire de brillantina, Mateo pegó, apretándose a la espalda de Claudia Faci, un torpe y estruendoso tiro de fogueo hacia el público. Pues, de eso iba: de que pasase lo que pasase, esta noche no había vuelta atrás.
D.

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