8.23.2009

La rutina




Nuestra apacible y extraña rutina diaria: coche oficial por la Avenida Brasil, el Beverly Hills de São Paulo.
Atascos y más atascos desde la ventana.
Motoboys agitados, vendedores ambulantes, exclusivos chalets, consultas de cirugía estética, mucamas limpiando, aparcacoches, el consulado español, palmeras y ficus gigantes.
Impecable, seguro, exclusivo.

Continúa el recorrido, la ciudad se extiende más y más. Un airbus naranja nos sobrevuela en pleno aterrizaje. Es el aeropuerto de Congonhas, su pista termina al borde mismo de la autopista que recorremos.
Un dia un avión no logró despegar del todo. Sobrevoló a los asombrados conductores y cayó a pocos metros al borde de la carretera, llevándose una gasolinera por el camino y la vida de 199 personas. Una valla con flores y dedicatorias lo señala.

Seguimos y seguimos. El laberinto no tiene fin, la vida se ensucia, las casas se empequeñecen. Alvarenga, miles y miles de favelas hasta donde llega al vista, un fabuloso enjambre que sólo atisbarlo, da vértigo. Nuestra normalidad es completamente anormal, rara, absurda, ... bella.

Esta mañana pasó algo. Decidimos parar en un lanchonete de la favela. Los días que con suerte vamos más rápido tardamos no menos de una hora y media (no está nada mal) y claro, nos entra gusilla. Nuestro conductor, Gersson, se queda en el coche, no quiere acompañarnos, le gusta tumbarse al sol dentro del coche. Un café, lanche de queijo.
Dos policias entran, nos miran tímidos, piden cafezinho. Nos interpelan, nos preguntan amablemente de dónde somos. Mucha gente lo hace, en el super, en el ascensor, en la calle,...
- De España.
- ¿Sois del consulado?
- ¿Del consulado? ¡Ah! nuestro carro tiene matrícula consular, por eso Gersson pueder hacer las pirulas más inverosímiles, y eso aquí en São Paulo es rizar el rizo de las pirulas al volante.
- Si, del consulado, ... trabajamos en las favelas...
- ¡Hum! ¡Vale!

Salimos. Qué amables son todos en este país...
Al volver al coche para retomar el camino hacia el CEU, Gersson nos dice que si nos han preguntado. Le contamos que sí. Pero a él le han interrogado primero: qué hace un coche consular en la favela. Robado. Le pidieron los papeles, ... lo corroboraron con nosotros. Gersson nos dice que le pasa a menudo. Le paran mucho los policias de todo tipo y condición. Por lo visto la inmunidad diplomática no incluye un conductor negro al volante.

Continuamos, los meninos de Alvarenga nos esperan.
D.

La foto de Guillermo Gago.

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