Monosílabos
El amigo que me inició en su escritura, mitómano con causa, se propuso conocer y entrevistar a esta señora que nunca prodigaba sus apariciones públicas ni sus opiniones. Lo consiguió. Me contó que vivía en una casa en el campo, que intentaba ser amable, pero que su expresividad oral era mínima, que como los solitarios que mantienen un contacto mínimo con el mundo exterior le costaba un esfuerzo enorme responder con algo que no fueran monosílabos. Me contaba que al despedirse de ella no pudo evitar imaginarse lo que podría haber oculto bajo la tierra del jardín. Estaba pensando en Ripley y en su letal facilidad para mandar al otro barrio y no dejar huellas de la sepultura a cualquier enemigo que pretenda acorralarle, que amenace la laboriosa estabilidad económica, social y sentimental que ha alcanzado su turbulenta existencia. Sin sentido de culpa, con violencia seca, con eficiencia, con feroz pragmatismo.
Patricia Highsmith vista por Carlos Boyero.
D.
Etiquetas: Escritores que no hablan
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