3.06.2009

Prietas las filas


Hace tiempo nos llegaron informaciones de las actividades extracurriculares de la tropa del ejercito español. Algunas incluso acabaron salpicando a los medios en forma de videos caseros y demás youtubes como aquel de la orgía en un barco de la armada.

Ocurre que el ejercito profesional, como el resto del país, es bastante cochambroso. Mal dotado (por no decir cutre) y funcionaresco, sin un objetivo claro, salvo chupársela al monarca. Por ejemplo en los setenta y ochenta, la época de la mili, debido también a las masas militares residentes en las colonias africanas, más la sensación de malestar y aburrimiento, el ejercito fue pasto de la droga.

En la actualidad según nuestras fuentes, parece ser pasto de otra cosita, ... los cuarteles donde se realiza la carrera militar son básicamente un gran lupanar, un centro global para la jodienda en cualquiera de sus variaciones y gustos. Más aún, si eres tía, tienes a tu disposición la tropa regular entera, sea cual sea su sexo, raza, rango o condición social.

Ya por entonces cuando nuestro topo nos narró, al hilo del pornolab, cómo y cuanto se metía en los tres ejercitos, se nos ocurrió una campaña gráfica para defender y fomentar ésto precisamente. Quizá soñando con el hecho, de que los militares de tropa no hicieran otra cosa más que fornicar en su horario de trabajo, podría ser el inicio de un revolución que significase su fin sobre la faz de la tierra: ¿si no paramos de hacer el amor, para que vamos a luchar contra el enemigo?

La revolución no ha llegado por ahora, pero los cargadores siguen soltando munición sin tregua. Además, ahora se abre un poco más el derecho de admisión del lúbrico y festivo ejercito español, con el derecho a la entrada de los transgénero.

¡Firmes!
Ya llegan las hormonas y los suspensores a las literas de los cuarteles. Ya están aquí las pajillas compartidas en la garita, ...
Morbazo.
D.

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