Tengan cuidado. A mi me acostumbraron a callar, a soportar la mala educación ajena con resignación. Pero, por favor no abusen más. Molestar, hacer daño, y encima pretender condenar a quienes sólo son sus víctimas es un triste agravio. Un acto muy típico de nuestra sociedad.
Yo cada vez tengo más claro que nada cambia a mejor. D.
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