En el fondo no dice nada...
Alessandro Baricco, Next. Sobre la globalización y el mundo que viene.Puedo equivocarme, pero el muro contra muro, hoy en día, sirve de poco. En los tiempos de la Revolución industrial, destruir las máquinas no llevaba muy lejos: el problema era más bien imaginar un nuevo y civilizado mundo del trabajo, e intentar hacerlo realidad. Hoy la situación no parece muy distinta. Es intuyendo un nuevo mundo como se puede soportar el impacto con la globalización: limitarse a defender lo viejo, ¿a qué puede llevarnos?
Por esto se me ocurre pensar que la idea de una globalización “limpia” tiene que pasar, necesariamente, a través de una especie de revolución cultural, que necesite que el mundo acepte pensar en el futuro, sin prejuicios, y esté dispuesto a dejar de defender un presente que ya no existe. No creo que, si existe una globalización “buena”, ésta puedan realizarla cerebros que destruyen McDonald’s o sólo ven películas francesas. Pienso en algo distinto. Pienso en gente convencida de que la globalización, tal y como nos la están vendiendo, no es un sueño equivocado: es un sueño pequeño. Quieto. Bloqueado. Es un sueño en gris, porque procede directamente del imaginario de ejecutivos y banqueros. En cierto sentido, se trataría de empezar a soñar ese sueño en lugar de ellos, y de hacerlo realidad. Es una cuestión de fantasía, de tenacidad y de rabia. Es tal vez la misión que nos aguarda.
Vía Basurama.
D.
Etiquetas: Ésto se acaba
2 comentarios:
Sí sí sí.
Literatura, pura y dura.
D.
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