No nos toques los frontones

Un buen ejemplo de como se ha perdido lo mejor del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Madrid por culpa de la codicia del falso capital, es la historia olvidada de sus frontones de pelota vasca. La pelota ya ha dejado de ser un deporte popular en estos lares, pero lo fue y mucho. Los frontones más importantes, han desaparecido o están a punto de borrarse de nuestra memoria.

Especuladores, perdón: trabajadores por la bonaza económica, y las administraciones, perdón: promotores públicos bienintencionados, derribaron el frontón Recoletos, dañado por la Guerra Civil, han destruído el Frontón Madrid (Calle Doctor Cortezo) para convertirlo en un hotel, y trabajaron codo con codo para cambiar la clasificación de B.I.C. (bien de interés cultural, es decir: protección total) del frontón Beti-Jai (en la foto). Un edificio que como mínimo debería ser Patrimonio de la Humanidad (Unesco) por su rareza y valores arquitectónicos, y que no sólo está en un ruina tristísima, sino que el ayuntamiento pepero trabajó duro, para que se pudiera construir un hotel en él. Eso sí, con un proyecto de reforma/destrucción firmado por un arquitecto famoso. Hombre claro, con un arquitecto famoso todo cuela mejor...

La movida especulador/ayuntamiento/arquitectovendido, no se paró por las buenas intenciones de Gallardón, que ya sabemos que coche gasta, sino porque el viejo frontón ahora es propiedad del Juan Antonio Roca, imputado principal en el Caso Malaya de corrupción urbanística en Marbella. Y la cosa está paradita unos añitos... ¿15 años y un día?

¿Quién dijo que en este tiempo se vivía mejor?
D.