7.15.2008

Feminismo

El año me ha traído grandes películas, pero vi hace poco una película turbadora, que destaco sobre todas ellas: Cuatro meses, tres semanas, dos días, de Cristian Mungiu. Tratada casi en clave de cine de terror, cuenta la historia de una pareja de chicas que pretenden llevar a cabo un aborto ilegal en la oscura y precaria Rumanía de los años del comunismo.

Días después de ver la peli, aún sigue encallada en mi alma. No por su rudeza, ni por la visión de aquel mundo espantoso y miserable ya lejano, no por el machismo manipulador y cruel (la imagen de la protagonista en la bañera después de que se la folle el tipejo aquel, es tristísima). La peli no se me va de la cabeza, por el tema de fondo del film: la compasión. Durante la aventura de estas amigas asistimos al espectáculo de la paciencia y del esfuerzo de una amiga por ayudar a la otra, sin más, sólo por que es su deber.

Así, se nos muestra la amargura de una verdad de la vida: de como hay unos que se apoyan en los demás para vivir, y otros que abandonan su propia vida para acabar resolviendo los problemas ajenos. Incluso ante la mayor tragedia, cuando cada uno debería ponerse en alerta y espabilarse por sobrevivir, siempre hay quienes no se valen por si mismos y cargan su salvación en los demás. Esto es un hecho, y seguirá siendo así por siempre.

Yo en cambio, lucho cada día para valerme sólo por mi mismo.
Sacrificio, casi imposible, pero creo que justo.
D.

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