La chica de ayer
Soñé con ella (me dijeron que estaba en Madrid) y la encontré en el metro. Pura casualidad. ¡Díos!, hubiese sido más fácil que me tocase la lotería.
Poco después nos fuimos a vivir juntos. Compartir, soñar, relajarse. Ser felices, en la medida de nuestras posibilidades. Yo estaba triste y ella volaba, y volaba, yo miraba de reojo la trayectoria de su vuelo y, al fin, desde abajo, la sonreía. Yo sigo triste, creo que nunca he dejado de estarlo, y ahora, miro por la ventana a un mundo acechante que como ella hace, sólo es posible vivirlo con literatura.
Ayer me confesó que está enoramorada, de ese pedazo de hombre tan maravilloso que también se encontró, por casualidad.
Me da un respingo, esa noticia me hace feliz, feliz por ella, por el cariño que la tengo.
Mucho.
Es mi compi, ahora es mi hermana.
Poco después nos fuimos a vivir juntos. Compartir, soñar, relajarse. Ser felices, en la medida de nuestras posibilidades. Yo estaba triste y ella volaba, y volaba, yo miraba de reojo la trayectoria de su vuelo y, al fin, desde abajo, la sonreía. Yo sigo triste, creo que nunca he dejado de estarlo, y ahora, miro por la ventana a un mundo acechante que como ella hace, sólo es posible vivirlo con literatura.
Ayer me confesó que está enoramorada, de ese pedazo de hombre tan maravilloso que también se encontró, por casualidad.
Me da un respingo, esa noticia me hace feliz, feliz por ella, por el cariño que la tengo.
Mucho.
Es mi compi, ahora es mi hermana.
Etiquetas: Chamberí, En Madrid, mar centenera
2 comentarios:
Te quiero mucho, compi.
Visto a través de mis ojos ha sido así: http://sincablesyaloloco.blogspot.com/2008/01/el-chico-de-ayer.html
Me alegra ver que en el mundo existen príncipes y princesas que no se cortan en comportarse como son, y encima lo compaten en un blog. Que cunda el ejemplo.
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