2.10.2009

Subspace

Hoy me han hecho, tal vez, uno de los mejores regalos.

Algo que me anunciaron, sin esperarlo, transtornará la forma de entender mi deseo y sobre todo mi lugar en el mundo. La noticia llegó con sencillez, pausadamente, pero mi producción de endorfinas aumentó exponencialmente al oírla. Me temblaba el pulso, mi corazón rugía con fuerza y sentí un leve, pero real, desvanecimiento.

Creo que esa sensación, sólo la he disfrutado dos o tres veces más en toda mi vida.
Creo que así deben de ser mis orgasmos.
D.

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