2.14.2008

La felicidad de los otros



Vivimos la vida, sin percatarnos de que la felicidad se haya apuntalada gracias a gentes maravillosas que siempre están ahí, que siempre responden.
Nuestros sufrimientos y temores nos empujan en momentos precisos de nuestra vida hacia personas como Odette Toulemonde.
Discretas, maternales, sencillas, generosas, puras y casi infantiles en sus sentimientos; nos ofrecen, hogar, consuelo, un hombro donde apoyarse.

Hasta que un día, cuando estamos restablecidos, nos separamos de ellas para seguir inevitablemente nuestro propio camino.
Sin embargo Odette seguirá ahí, siempre, paciente y leal.
Feliz, regalándonos placeres de la vida, que tan sabiamente atesora.
D.

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