5.07.2012

Ella

Un grito horrible rompe la madrugada más alta.
Un grito de mujer desgarrado que pide ayuda en medio del vacío.
No grita como los cientos de borrachos adolescentes que pueblan las calles madrileñas cada fin de semana, grita por que la acaban de atacar.

Pide ayuda, sufre, corre, despierta con su coraje la vergüenza de la podredumbre humana.

Somos ratas.

Ciorán tenía razón.
D.

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