10.13.2009

Mi primera vez


Vivía en un estado de feliz atolondramiento, y me encontraba con mi contrario de visita en Londres. Entramos en un antiguo teatro inmenso y precioso como una caja de bombones roja y brillante reconvertido en sala de conciertos. Electrónica con cartel de lujo. Situados en el mejor sitio imaginable, al lado de la cabina de sonido, apoyados en la barandilla del primer piso viendo la escena completa (dj+público), a dos metros de la barra con cerveza caliente, dos metros de una pared acolchada, cuatro metros de los sofás, seis metros de los baños. Y con la gente justa con la que compartir una buena noche pero no tanta como para no poder movernos con agilidad por el lugar. Largo preliminar solo para dejar dibujado el momento cuasi-perfecto en el que me encontraba.

Nada más que porros y alcohol hasta entonces. Y poca prisa por dar el salto a otras drogas, que por otro lado nunca tuve excesivamente cerca.
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Doctor Hoffman vuelve y como yo sigo con mi primera vez, me llegan colaboraciones de otros para llenar este vacío. Pues yo voy y las publico.
Gracias Mónica.
D.

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