1.27.2009

El país de los bobos

Sorprende este país donde todo se hace mal y la disculpa es el insulto a los demás.
Donde nadie hace nada, pero siempre se prestan raudos e inspirados a criticar la labor ajena.
El trabajo colectivo: una utopía, fuera de contextos concretos donde dominan jerarquías arcaícas y absurdas.
Constante desidia y buenas intenciones: un cócktel peligroso, para un país de adictos a la estupidez y la mala educación.
Un pueblo sólo beligerante cuando le afecta algo grave y directamente. Igual que el dormido al que le explota un petardo en la cara, y entonces: cara de horror, pánico, llanto, odio...
Pero la cosa ya venía de antes, se había estado preparando hace mucho, venía, como el tren, pitando desde lejos.
Da igual.
Qué importa la ignorancia.
Al fin y al cabo, siempre son los otros.

Nosotros sólo somos meros espectadores de nuestras tristes vidas.
D.

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