11.20.2008

Como el cristal roto

La cuestión humana de Nicolas Klotz es como un espejo roto en lascas afiladas y cortantes. Intentar asir, aunque sea con la punta de los dedos, alguna de sus partes, reserva al que lo intenta un corte limpio profundo y eléctrico.

Escenas hipnóticas, frías y plásticas, se clavan hasta el fondo en nuestra alma. Asistimos a una rave, con ejecuticos dopados y exaltación de la violencia, y su despertar amargo entre orines y cartones, la toilette del empleado subordinado al jefe cabrón. Vemos más tarde su paralelismo atroz en un juego de magia en un bar popular, acompañado de una redada de inmigrantes. Coreografía cotidiana y silenciosa del mal, del terror, del hipocresía, de la falta de misericordia.

Texto, palabras, cartas, y frases lapidarias que te congelan en la butaca. Enorme análisis de la mayor adyección del mundo contemporáneo: la mentira.

Anoche la vimos en los Cines Verdi de Madrid y eramos cuatro espectadores.
D.

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

impresionante película, Tina, sí: unas anotaciones (las tuyas) muy precisas y certeras. en Cahiers du Cinéma España dedican buena parte del nº de este mes a esta película y a otra que también está en el Verdi: Las horas del verano (la habrás visto en cartel) que tienen algo de complementarias aunque esta otra la pervivencia de la memoria se plantea más en el entorno familiar y desde una dialéctica artístico-utilitaria. saludos

viernes, noviembre 21, 2008  
Blogger Tina Paterson ha dicho...

No la vi, pero la buscaré, fijo
gracias!
D

viernes, noviembre 21, 2008  

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