6.03.2008

El artista aguijón

Había un artista que se levantaba por la mañana y se encontraba con su ego. Éste, que le observaba ya antes de que el artista aún hubiese abierto un ojillo, esperaba tranquilo a que nuestro hombre se vistiese un poco. Entonces, le soltaba un consejo que el artista recibía con cara apesadumbrada.

- Es muy buena bailarina, ... original, innovadora. Debes conseguirlo. Tienes que llegar a ser como ella.

Daba igual que su ego le propusiera imposibles, como imitar o llegar a ser como Glenn Gould al piano o como Julio Cortázar delante de una hoja de papel, el reto no era un invitación, era una orden.

A partir de ese momento, el artista no paraba hasta conseguir acercarse a su ídolo. Se enteraba de como era su vida, le persiguía, casi le agobiaba hasta hacerse con él. Entonces, el artista desplegaba un potente aguijón que clavaba por la espalda de su admirado y triunfador colega, y le chupaba su interior.

A veces, sorbía sus ideas, su forma de venderse, su forma de ser, su forma de llegar a las conclusiones o su técnica pura y dura. El fruto era siempre de lo más variado y rico. Al final del banquete, abandonaba a su víctima y no volvía a preocuparse por ella.

Ese era su destino. Otro día llegaba y el artista volvía a encontrarse de bruces con su ego.
D.

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3 comentarios:

Blogger Sol ha dicho...

me gusta, parece complejo

martes, junio 03, 2008  
Blogger Sol ha dicho...

por qué para dejar un comentario me hace copiar unas letras sin sentido y de difícil comprensión gráfica
qué cosas tan raras tienen los sistemas
me siento muy defraudada

martes, junio 03, 2008  
Blogger Tina Paterson ha dicho...

Esos signos, que al principio de los tiempos internauticos no se usaban, creo que sirven ahora para evitar que "robots" puedan meter comentarios-spam de forma automática en las webs que van rastreando... Curioso pero útil.

miércoles, junio 04, 2008  

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