2.04.2008

Suplemento dominical

nochelluviosa


¿Qué hacer en Madrid en un domingo lluvioso si estás jodido?:

- Levantarse pronto, café con pincho en Los Torreznos. Esta ciudad alberga la mayor variedad de tortilla de patatas del hemisferio norte, la de cebolla de este bar de Alonso Cano es soberbia. Paseo suave y despistado hasta el Reina Sofía. Me sumerjo en La noche española.

* Descubrí dos cosas asombrosas, Vibración en Granada (1935) de José Val de Omar y la mirada burlona de Antonia Mercé, La Argentina. Parece mentira, pero me impresionaron tanto que me costará olvidarme de ello.

Pillé un par de novelas, una me la había recomendado Victor Sampedro: Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez. Vuelta a casa, llovía. Comida rápida de lata y nueva inmersión. De esta novela que me leí de cabo a rabo en unas horas, destaco la poesía suicida de las dos primeras historias. La visión de la derrota íntima y tristísima en la guerra civil, sin doctrinas, sin pamplinas, me recordó: Días de llamas de Juan Iturralde y La higuera de Ramiro Pinilla.

* Cierro la última página del libro y me voy de un bote al Teatro Pradillo a asistir a la representación de Un mapa de carreteras, de Armadillo Teatro, programado dentro del festival Escena Contemporánea. Salmodia estilizada a modo de nana tecno, que me enganchó y me despistó a partes iguales.

Vuelta. Empiezo otra novela de la que ya hablaré, trabajo un poco en el ordenador, me acuerdo de la gala de los Goyas y la veo hacia su final. Me alegro por dos grandes que están "empezando" y que son premiados: Felix Viscarret y Jaime Rosales.
A dormir. D.

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